domingo, 11 de octubre de 2009

Bailando con la más fea.



Las reinas chulas. Teatro/Cabaret: EL VICIO.
Texto y fotos: Carlos Camacho

Llego un viernes por la noche acompañado por una bellísima mujer y el sitio esta abarrotado, las luces de las mesas le dan un toque casi mágico al sitio, que se confunde con un bar bohemio con tendencia de arrabal, es por eso que me asignan una mesa muy cerca de la barra, en donde una esbelta y simpática mesera divisa a los clientes que van llegando y me muestra la carta de bebidas.

La función esta casi por empezar y me sirven un Sinfandel, mi acompañante prefiere una michelada helada, el escenario esta vacío pero al lado derecho un DJ empieza a hacer de las suyas anunciado la tercera llamada, esta ataviado de un acordeón y en el fondo se deja ver un bombo, lleva gafas y un paliacate amarrado en la cabeza y con voz socarrona incita el aplauso del respetable.

Bailando con la más fea, ha comenzado con un primer acto lleno de acción, 4 mujeres que danzan, revolotean y cantan, no tienen los cuerpos de bailarinas profesionales ni nada por el estilo pero su show impacta por el contenido; la temática es variada pero siempre aludiendo al recurso del humor, a la sátira de las esferas políticas, a la realidad mexicana, a la crisis, en los diálogos se diluye el papel de la mujer menospreciada que vive en el mundo machista.



En uno de los actos se proyectan películas de Pepito y Chabelo, con analogías que parecerían disparatadas pero que no son tan exageradas sobre los personajes actuales de la política mexicana.

La estética de la obra que se representa en las noches del Vicio, deja a ratos lo cabaretesco para hacer ensayo social, con toques de humor negro, de parafernalia kitch, la mexicaneidad se respira a raudales.

Las Reinas Chulas son impactantes y cuando notan que su publico esta apagado, lo provocan y se meten con el, es un show onda “in your face”.

Como siempre dicen, el espectáculo debe continuar y es así que las Reinas Chulísimas improvisan un poco cuando la luz del sitio se apaga por los cortes de energía que sufrimos en esta ciudad.

Los personajes son de lo mas variados: Mujeres provincianas borrachas, el esposo macho y su mujer, los militares, la danzonera y otros más; siempre interpretados con habilidad humorística, y un poco de ironía.

Después de el vino, consulto mi billetera y prefiero hacerle compañía a la bellísima mujer pidiendo una cerveza, ella pide otra michelada y así la velada continua, ella no para de reír y nos damos cuenta que somos los mas jóvenes en el publico, sin contar a un bebe que solloza al fondo.

Dicho sea de paso el espacio cuenta con un restaurante al cual no tuvimos tiempo de acudir por culpa de una excelente película francesa que se proyectaba cerca de ahí en la Cineteca.

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