CRÓNICA SOUNDS FROM SPAIN-ENROLA DF - “FESTIVAL DE MÚSICA ACTUAL ESPAÑOLA”
Texto: Carlos Camacho
La movida española cada vez más se ha vuelto un conjunto de experiencias sonoras con distintas aristas, ya no se trata de música tan plástica como lo fue en su momento cuando exponentes como Alaska y Dinarama por citar un ejemplo, hacían su arribo a los escenarios y al mainstream. La variedad de géneros que la nueva ola de bandas independientes españolas propone es apabullante.
La oportunidad de asistir a este evento fue crucial para entender que la música sigue alimentando el espíritu, con una noche lluviosa de lunes se presentaron las siguientes bandas: Los Coronas, que con un outfit tipo cowboy y guitarras super surfer´s coqueteando con el blues, armaron un ambiente calido para la apertura, se esperaría un poco más de ellos en cuanto a la utilización de voces, pero la instrumentación y arreglos eran impecables a pesar de lo soso que un genero como el surf puede parecer.
Acto seguido salio al escenario Christina Rosenvinge ataviada con botas blancas, leggins raídos color negro y su guitarra, se trata de una cantante que irradia frescura, cabe mencionar su belleza quasi nórdica, sus timbre vocal refleja un estilo en depuración y bastante maduro, su versatilidad de instrumentistas es excepcional pasando de la guitarra al piano en un set que a pesar de durar 45 min. fue caminando sinuosamente a su final, sus canciones transmiten un dejo de melancolía y tranquilidad, se trata de un folk ameno y bien llevado, para sorpresa de muchos Nacho Vega hizo su arribo al tinglado acompañado a la bella cantante de blonda cabellera con maracas en mano, los flashes disparaban a diestra y siniestra.
Una de las sorpresas de la noche en el Lunario fue Triangulo de Amor Bizarro, una banda con muchísima actitud que genera adrenalina desde los primeros acordes, es una muestra de fuerza melódica con actitud post.punk, guitarras con mucho fuzz, acompañadas de una bajista potente y machacosa que igual inunda y refresca con su punch, al fondo estaba un baterista que no se cansa de aporrear su instrumento que aunque no es tan intrincado maneja bombos contundentes y stamina de inicio a fin, aquí otra vez Nacho Vegas hizo de las suyas acompañando a la banda con su guitarra, sin duda un buen giro para dar inicio a la banda más familiar para los asistentes, si señores Los Planetas.
Después de varios años de permanecer en la escena indie española, Los Planetas son una banda de culto que no se cansa de hacer chillar los amplis con sonoridades, texturas, ambientes y letras que juegan con el hartazgo de la vida cotidiana, la tristeza, el uso de drogas, la fiesta, y otros tópicos de la vida española de clase media. Se trata de una banda hecha y derecha que si no se es fan de ella puede aburrir, sin embargo tuvo buena acogida con el público. Al finalizar la agrupación agradeció la bienvenida mexicana y a los que asistieron a sus conciertos anteriores en El Imperial de la colonia Roma.
Para cerrar con broche de oro Digital 21 puso a bailar al personal, se trata de un proyecto de música electrónica bastante interesante, que hacia vibrar el recinto; la lluvia había cesado y en las caras de la gente se notaba una misteriosa sonrisa de complicidad, algunos iban desalojando y otros se acercaban a las barras para refrescarse, era lunes pero el tiempo se paro un momento y los que asistimos nos quedamos con un buen sabor de boca con las bandas ibéricas que no siempre vienen.
La oportunidad de asistir a este evento fue crucial para entender que la música sigue alimentando el espíritu, con una noche lluviosa de lunes se presentaron las siguientes bandas: Los Coronas, que con un outfit tipo cowboy y guitarras super surfer´s coqueteando con el blues, armaron un ambiente calido para la apertura, se esperaría un poco más de ellos en cuanto a la utilización de voces, pero la instrumentación y arreglos eran impecables a pesar de lo soso que un genero como el surf puede parecer.
Acto seguido salio al escenario Christina Rosenvinge ataviada con botas blancas, leggins raídos color negro y su guitarra, se trata de una cantante que irradia frescura, cabe mencionar su belleza quasi nórdica, sus timbre vocal refleja un estilo en depuración y bastante maduro, su versatilidad de instrumentistas es excepcional pasando de la guitarra al piano en un set que a pesar de durar 45 min. fue caminando sinuosamente a su final, sus canciones transmiten un dejo de melancolía y tranquilidad, se trata de un folk ameno y bien llevado, para sorpresa de muchos Nacho Vega hizo su arribo al tinglado acompañado a la bella cantante de blonda cabellera con maracas en mano, los flashes disparaban a diestra y siniestra.
Una de las sorpresas de la noche en el Lunario fue Triangulo de Amor Bizarro, una banda con muchísima actitud que genera adrenalina desde los primeros acordes, es una muestra de fuerza melódica con actitud post.punk, guitarras con mucho fuzz, acompañadas de una bajista potente y machacosa que igual inunda y refresca con su punch, al fondo estaba un baterista que no se cansa de aporrear su instrumento que aunque no es tan intrincado maneja bombos contundentes y stamina de inicio a fin, aquí otra vez Nacho Vegas hizo de las suyas acompañando a la banda con su guitarra, sin duda un buen giro para dar inicio a la banda más familiar para los asistentes, si señores Los Planetas.
Después de varios años de permanecer en la escena indie española, Los Planetas son una banda de culto que no se cansa de hacer chillar los amplis con sonoridades, texturas, ambientes y letras que juegan con el hartazgo de la vida cotidiana, la tristeza, el uso de drogas, la fiesta, y otros tópicos de la vida española de clase media. Se trata de una banda hecha y derecha que si no se es fan de ella puede aburrir, sin embargo tuvo buena acogida con el público. Al finalizar la agrupación agradeció la bienvenida mexicana y a los que asistieron a sus conciertos anteriores en El Imperial de la colonia Roma.
Para cerrar con broche de oro Digital 21 puso a bailar al personal, se trata de un proyecto de música electrónica bastante interesante, que hacia vibrar el recinto; la lluvia había cesado y en las caras de la gente se notaba una misteriosa sonrisa de complicidad, algunos iban desalojando y otros se acercaban a las barras para refrescarse, era lunes pero el tiempo se paro un momento y los que asistimos nos quedamos con un buen sabor de boca con las bandas ibéricas que no siempre vienen.
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