miércoles, 22 de julio de 2009

Ensayo

Por Carlos Camacho.
Vicisitudes de la hipermodernidad.


Tomando en cuenta lo difícil que puede llegar a ser la socialización en una ciudad como el D.F. , en donde el tránsito, las distancias y la agitada vida de la metrópoli no dejan espacio para visitar a amigos o simplemente hacer nuevos, las redes virtuales, los chats, y las nuevas herramientas como el MySpace, Facebook, Hi5 y otras mas, se interponen sobre las verdaderas relaciones humanas, y transforman la manera en que nos comunicamos, este hecho sin lugar a dudas se encuentra evolucionando a pasos agigantados; lo cierto es que en los jóvenes estos sitios de Internet tienen gran auge y el numero de usuarios es exorbitante.
A partir de la premisa del homo ludens donde el ser humano es ese ente que “juega” con su entorno y con los demás, la actividad de visitar estos sitios se hace cada vez más usual y termina por representar esa parte lúdica que en la realidad esta en desventaja por los factores antes mencionados y que aunados a un país sin seguridad hacen de la sociabilidad algo no trascendental; por ello los habitantes se conectan a la red y prefieren de forma anónima o no, visitar otros perfiles y a otros usuarios; observar fotos, jugar en línea, compartir información, etc.
Estamos pues ya en la hipermodernidad, esa instancia en donde el hipertexto se convierte en la célula de un mundo lleno de información, dejamos atrás a Lipovetsky y a su imperio de lo efímero y a la postmodernidad para dar paso a un ni tan nuevo medio de comunicación: la computadora.
Por eso seria interesante preguntar: ¿Que pasaría si hubiera un colapso en esta enorme carretera de la información? ¿Que nos ocurriría si nos sentimos desprovistos de nuestras herramientas de comunicación diarias? ¿Seríamos más gregarios de lo que ya somos? ¿Nuestra información contribuye a un nuevo orden, donde todo este vigilado por un ente político-económico supremo?
Más allá de dar falsos vaticinios, pienso en las nuevas generaciones, que como ya lo han dicho nuestros académicos e intelectuales sufren una distopia social, donde los referentes se construyen a partir de la absorción de intereses mediáticos bien definidos por ciertos monopolios, sí, estoy hablando de actitudes como el ser indie, de poseer un ipod y olvidar los viejos formatos o de estos nuevos parámetros de lo que es ser joven que pululan en nuestra sociedad a diestra y siniestra; en ese sentido los mas jóvenes, lo tienen todo mas digerido, más a la carta, mas diversidad más rápido, creando esta distopia, en donde lo mejor es relegarse a la habitación con una pc y dejar que el mundo siga su curso. Es por eso que debería de haber mas campañas que ayuden a la gente y sobre todo a los más jóvenes a entender que somos sociales por naturaleza, que tenemos la virtud de comunicar, que la oralidad y la palabra llegan lejísimos y que nada tiene de malo sostener una charla de mas de 5 minutos con alguien que apenas conocemos. Vayamos pues al encuentro de la lengua viva y no demeritemos lo artificial de la web u otros entornos pero tampoco démosles la calidad de panacea, son simples herramientas que harán mas eficiente eso que sabemos que podemos hacer.

1 comentario:

Abia Castillo dijo...

Aquí entre nos, yo no soporto las redes sociales sencillamente porq no puedo comunicarme a través de ellas: no tengo Facebook y ya me olvidé de Myspace. Es mi forma de "rebelarme". Sin embargo, creo q estos medios cambian la comunicación y por lo tanto, al hombre. No sé si para bien o para mal pero así es, este quizás sólo es el principio de unas formas de contacto q ahora ni siquiera imaginamos, quizás después el hombre ya no sea ni la sombra de lo que fue en tiempos antiguos. Puede sonar aterrador.
En fin, saludos. Nos tamos viendo por acá.